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La alimentación y salud mental, aunque no parezca a primera vista, guardan un vínculo muy fuerte que se remonta a tiempos muy antiguos. Seguramente más de una vez hemos dicho o escuchado el siguiente aforismo: “Mente sana en cuerpo sano”. Esta es una frase de origen clásico que en su idioma original dice: Mens sana in corpore sano.
Amparados por este concepto filosófico, los antiguos griegos basaron toda su educación para poder mantener un equilibrio integral. Pues para filósofos como Platón, cuerpo y mente son una misma unidad, y así lo que afecta al cuerpo, también lo hace con la mente [1]. La frase, desde entonces, se transfiere de generación a generación por su gran verdad y apuesta por el balance entre el estado mental y físico del ser humano.
De la misma forma, existen más frases y aforismos en la misma línea. ¿Quizá los filósofos griegos preveían lo que la ciencia, cientos de años más tarde, rectificó con sus descubrimientos? Al parecer, sí.
Según un estudio científico publicado en la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos [2] existe un impacto importante entre las emociones y la alimentación, dando como resultado variables tanto positivas (mejor estado de ánimo, energía al tope, salud integral) como negativas (pérdida o aumento de peso, estrés, debilidad).
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Además, el mismo estudio señala que “la estructura y función del cerebro dependen de la ingesta de nutrientes, incluidos aminoácidos, grasas, vitaminas, minerales, por lo que la dieta se ha convertido en un candidato convincente para regular la salud mental”.
Por otra parte, un reportaje oficial de la BBC de Londres señaló que en “una revisión de 41 estudios publicados durante los últimos ocho años se reveló que ciertas dietas parecen tener un efecto positivo para el estado de ánimo y al contrario, que ciertos hábitos alimenticios pobres aumentan el riesgo de depresión”. Todas estas conclusiones fueron recogidas de la revista “Molecular Psychiatry”, a la cual usaron como fuente [3].
Del mismo modo, la prestigiosa revista “The Lancet” sugiere en un estudio que la nutrición es para la salud mental tan importante como lo es para la cardiología, la endocrinología o la gastroenterología [3].
Entonces, ¿no son acaso el estado mental y la nutrición dos aspectos que se relacionan y se potencian la una con la otra? La respuesta a esta pregunta es un rotundo “sí”.
Resulta complicado conceptualizar la conexión entre el estado mental y la comida. Sin embargo, hay diversos estudios que han logrado encontrar este vínculo a partir de estudios en humanos.
Así, artículos científicos señalan que la evidencia acerca de la relación entre salud mental y la ingesta de algunos nutrientes y grupos de alimentos es abundante. De esta manera, se han llegado a encontrar asociaciones inversas entre la ingesta de ácidos grasos poliinsaturados, proteínas y ciertos micronutrientes como el manganeso, el cobre y el zinc, con la sintomatología depresiva (4).
Otras fuentes científicas concluyen que una dieta de mala calidad (es decir, que carece de macro y micronutrientes) puede provocar deficiencias asociadas con la depresión y los trastornos de ansiedad (5).
Si bien es cierto que puede haber muchos otros factores importantes relacionados con los problemas mentales de las personas, como el trauma emocional o el estrés, muchos especialistas y estudios científicos sostienen que no debería desestimarse el efecto de la alimentación como vehículo significativo para mejorar el estado de ánimo o la salud mental.
Partiendo del contexto expuesto líneas arriba, se han encontrado investigaciones que han demostrado que la baja ingesta de alimentos ricos en proteínas de alto valor biológico, como la leche, el huevo y las legumbres, se asocian significativamente con las puntuaciones más altas de depresión y síntomas de ansiedad [5].
Asimismo, un estudio longitudinal bastante interesante de los investigadores G.E. Crichton, M.F. Elias, y M.A. Robbins, publicado en 2012 por la revista de la “US, National Library of Medicine National Institutes of Health”, se muestra como uno de los estudios pioneros acerca de la relación positiva entre las proteínas y nutrientes de los lácteos en la cognición.
La investigación titulada “Relación entre la ingesta de alimentos lácteos y la función cognitiva” es recomendable, pues se aplicó a una muestra de 1049 participantes. En La Buena Nutrición dejamos el link de la fuente para que pueda ser revisada y analizada [6].
Este estudio determinó que los participantes que consumían productos lácteos al menos una vez al día tenían puntuaciones significativamente más altas en múltiples dominios de la función cognitiva en comparación con los que nunca o rara vez consumían productos lácteos, ajustando los factores de riesgo cardiovascular, el estilo de vida y los factores dietéticos.
Es importante resaltar la relación entre la microbiota intestinal con el cerebro, he ahí la importancia de incluir alimentos que permitan mantener una salud intestinal óptima, como por ejemplo, los yogures que tengan probióticos.
Los “probióticos”, al mejorar la salud intestinal del ser humano, desempeñan al mismo tiempo otra doble función: la de reducir los síntomas de ansiedad y depresión. (7)
En otras palabras, el equilibrio de las bacterias beneficiosas dentro de nuestro organismo puede alterar la bioquímica del cerebro e incentivar las sensaciones de rasgos positivos como la risa, el buen humor o el optimismo.
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Un estudio auspiciado por el National Natural Science Foundation of China [8], inspeccionó el efecto similar que tienen los prebióticos y probióticos con respecto a los antidepresivos. Allí se exploró cómo influye la microbiota intestinal en el metabolismo de la serotonina.
En este estudio se menciona que el 95% de la serotonina, “la sustancia química que nos hace sentir felices”, se produce en el tracto digestivo. De ahí que una buena salud intestinal ayuda positivamente en la regulación mental. ¿Qué te parece?
En La Buena Nutrición mostramos todos estos estudios científicos del campo de las Industrias Alimentarias para brindar información sustentada a nuestra gran comunidad, y así abrir terreno para el intercambio de ideas. Es imprescindible crear discusiones científicas para recibir nuevos aportes y dar paso a próximas investigaciones, por qué no, en contexto nacional. ¡Te invitamos a brindarnos tu opinión!
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La Buena Nutrición
Fuentes
[1] República. Platón. https://circulosemiotico.files.wordpress.com/2019/03/platc3b3n-la-republica.pdf
[2] Fuente: Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3414673/
[3] BBC Mundo, reportaje. 2018
https://www.bbc.com/mundo/noticias-45652449
(4) Revista Científica Scielo.Isciii.es 2020
https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0212-16112019000600017
(5) National Center for Biotechnology Information 2020
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33612584/
[6] US, National Library of Medicine National Institutes of Health
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3895502/
[7] Fuente: BMJ Nutrition, Prevention & Health: https://nutrition.bmj.com/content/3/2/351
[8] National Natural Science Foundation of China
https://www.researchgate.net/publication/334578469_Effects_of_regulating_gut_microbiota_on_the_serotonin_metabolism_in_the_chronic_unpredictable_mild_stress_rat_model