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La leche es considerada una de las mejores fuentes de calcio, mineral indispensable para el crecimiento y la buena salud de nuestros huesos y dientes. Se recomienda un consumo de 3 vasos de leche al día para cubrir las necesidades de calcio de nuestro organismo.
El calcio está almacenado en el 99% de nuestros huesos y es lo que les brinda esa dureza tan característica. Si dejamos de consumir calcio nuestros huesos se harán cada vez más débiles y porosos dando paso a enfermedades tan graves como la osteoporosis.
Se ha demostrado que el calcio presente en la leche y derivados lácteos aumenta la degradación de las células grasas conocidas como adipositos, generando efectos positivos en el mantenimiento de nuestro peso. A mayor ingesta de calcio, mayor pérdida de grasa corporal.
La leche baja en grasa posee un gran porcentaje de agua y si a esto le sumamos los minerales que posee como el potasio, magnesio y sodio podemos considerarla como una buena opción para rehidratarnos y recuperarnos tras el ejercicio.
La leche es una gran fuente de aminoácidos esenciales, particularmente la leucina, que estimula la síntesis y reparación de proteínas musculares. Por ello, se recomienda tomar un vaso de leche luego de hacer ejercicios.
Razón tenían nuestras abuelas cuando nos daban un vaso de leche para dormir. Este efecto se da gracias a las vitaminas del complejo B que actúan sobre el sistema nervioso y nos inducen al sueño fortaleciendo el aprendizaje y la memoria. Además, relaja los músculos y alivia el estrés.
Los componentes de la leche ayudan a bloquear las sustancias formadoras de caries dental, evitando la formación de placa bacteriana; además, promueve la remineralización del esmalte dental.
Fuentes: